jueves, 26 de marzo de 2015

Carta a Nadie.

Quisiera poder resumir en unas pocas frases lo que siento, lo que me ahoga y me destroza por dentro. Poder ser valiente y explicar por fin mi miedo, exponer mis dudas, y quizá, sólo quizá así comprenderme un poco más y aceptar esta situación que me lleva a alejarme de gente a la que realmente aprecio y que ha llegado a ser muy importante en mi vida. Ojalá tuviera el valor de estar delante de ellos y sonreír como hasta ahora hice, pero de un tiempo a esta parte me es imposible hacerlo y siento como me consumo entre lo que quiero y debo hacer. Lo que hago y me lleva a traicionarme a mi misma y a mis principios. Es duro ver como poco a poco me perdí, ver como poco a poco dejé de lado todo lo que fui y lo que tropiezo tras tropiezo he llegado a ser. Quizá no disten tanto la Helena que llegó y la Helena que se marcha, o quizá haya un mundo entre ambas, no lo sé eso solo vosotros podréis decirlo.
Hace apenas dos años llegaba a Twitter buscando a gente que pensara como yo, gente con la que poder compartir no sólo el amor por este club sino también una forma de verlo y vivirlo. Durante un tiempo lo conseguí, y logré disfrutar de cada palabra que compartí con vosotros. Leí a gente que tenia mucho que contar, me empapé de su pensamiento, de sus ilusiones y también de sus dudas y de sus miedos. Creí en un madridismo fuerte y en un madridismo unido, en el futuro. Apoyé, con mayor o menor acierto a quienes más me representaban, en los que más reflejada me veía y descubrí, con el tiempo que apenas un puñado de ellos merecían ese reconocimiento. Esa fue mi primera decepción y mi primera traición, que lejos de personificarse en ellos fue una traición a mi misma. Paré, pensé y decidí que debía cambiar algo, no en vosotros sino en mi. En mis actos, en mis palabras y sin olvidar lo que dije y jugando a veces con mi ilusión traté de mirar adelante. Quizá debí hacerlo antes, o incluso pedir permiso para hacerlo, no lo tengo claro el caso es que para cuando quise reaccionar creo que ya era tarde. He visto como gente que no valía nada se hacía un hueco en esta facción virtual del madridismo, y perdonad si sueno hiriente, pero gente que se mueve por sus propios intereses no merecen otro calificativo. Vi como el ego de muchos ganaba la partida a la cordura y me espanté al ver como eran capaces de la hipocresía que tanto decían detestar. Como reían con fuerza al ver como mujeres eran humilladas, insultadas y lapidadas en público. Reían con fuerza al defender argumentos tan huecos como su cráneo, reían entre la desesperación de algunos por hacer lo correcto; los otros, no ellos, creo que se entiende. Y sin embargo se rasgaban las vestiduras si alguien osaba decirles la verdad a la cara. Es duro ver como en lo que crees se convierte en lo que más detestas. Ver como gente con la que compartiste mucho apenas merecieron nada.
Seguro que alguno al llegar a este punto ha cerrado el artículo y se ha puesto a despotricar, a contar intimidades o a inventarlas, a algunos se les da de perlas hacer eso pero tranquilos no habrá nada que puedan decir que no hayan dicho ya o no vaya a contar yo hoy aquí, en estas líneas.
Hace poco más de un año yo afirmé sentir vergüenza de haber entrado en la grada, el modo en el que lo hice y, llevaba por la decepción, por con quién lo hice. Decepción porque entre lo que me dijeron y lo que vi había un mundo, hoy puedo decir que esa distancia era entre lo que me dijeron y yo entendí, no busco su aplauso, ni su reconocimiento ni entradas a ninguna final, sólo que acepten la disculpa y asi me den su perdón, en más de una ocasión con mis palabras les puse a los pies de los caballos. Hace cosa de un año comprobé como aun tenía esperanza al ver la ilusión con la que unos pocos trabajaban a diario, pese a las zancadillas, los insultos, las amenazas, todo por ver cumplido un sueño. Y sin esperanza de que me aceptarán decidí tratar de ayudarles y mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que sí que me aceptaron, sé que alguien tuvo mucho que ver y sin duda alguna, aunque sea de las personas que hoy digo adiós le estaré eternamente agradecida, ojalá pueda volver a disfrutarlo junto a ti.
Se ha hablado mucho de Primavera Blanca en estos meses, y también se ha mentido lo suficiente sobre ellos para hacer que cualquier persona perdiera la fuerza y las ganas por continuar; hoy puedo decir que de cada cinco cosas que algunos decís sobre ellos seis son mentira, y quizá suene cobarde al decirlo desde la distancia, pues ya no podréis insultarme o hacerme eso que tan bien se os da desde vuestros teclados, como es colgar mentiras y verdades a medias con el único fin de hacer perder credibilidad a lo que digo. Pero estoy cansada de callar, de permitir los atropellos y las mentiras, conmigo no contéis en vuestro juego, hoy en día el que no ha querido ver la verdad no lo hará, y el que no ha sido sincero consigo mismo sobre los verdaderos motivos de su odio tampoco lo será con el resto. Pero resulta gracioso ver como gente que nunca quiso ni creyó en lo anterior hoy lo defienden como si toda la vida llevaran haciendolo. Resulta gracioso y crispante ver como gente que nunca perteneció a ese mundo hoy tachan de cobardes, traidores y demás lindezas a gente que lleva décadas en él. Sois ridículos y vomitivos, y cualquiera que se enorgullezca de haber formado parte de eso jamás os querría a su lado. Dejo ahí una muestra de como está el nivel.
En fin, que me pierdo en tonterías y no voy a lo que realmente importante.
Hoy quería despedirme, hacerlo en condiciones y quizá a alguno hacerle pensar si está haciendo lo correcto o por el contrario se está dejando llevar por una corriente nociva, espero que sepáis cual es la corriente a la que me refiero y no lo toméis como un ataque frontal al mundo ultra, que no lo es. Y también que seáis capaces de discernir entre la realidad que ocurre y la que algunos quieren hacer ver, que os dejéis los prejuicios a un lado y que acepteis las cosas buenas, que las hay y trateis de ayudar a mejorar las que no lo son tanto.
Por mi parte nada más, y nada menos, seguro que algo me dejo en el tintero pero esto se eterniza y no es cuestión de ser pesada.
Nos vemos en Cibeles, o entre las cervezas de antes de un partido y disfrutad de nuestro equipo, y apoyadlo que cuando peor están es cuando más nos necesitan.
Hala Madrid y Nada Más.

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